domingo, 29 de diciembre de 2013

Amor de mentira

Me declaro culpable.

Culpable de creer lo increíble, de sentir lo imposible y de luchar por causas perdidas.

Declaro sinceramente mi debilidad ante los sentimientos, ni deseo de creer que en la bondad y mi lucha por lo imposible.Y aunque todo esto me arrastre a situaciones, a veces, indeseables, no pienso dejar de hacerlo.

No muestro arrepentimiento alguno. A veces me dejo engañar, otras no consiguen ni siquiera hacerme dudar del engaño y otras caigo como una tonta, pero es lo que tiene ser humana...

Yo me declaro humana, de la raza de los que aún creen en el corazón, de aquellas personas que no se decantan por intereses y, aunque tenga sus contras, no dejo de ver el balance positivo.

No me importa declarar que me enamoré de quién no debía, que comí mas de la cuenta y que escondí el chocolate para que mis hijos no lo vieran.

Tampoco se me caen los anillos al declararme culpable de haber caído en el desliz de ser amada por una noche, de entregar mi cuerpo y mi alma por una pasión peregrina...
he amado mas de lo que merezco, me han querido mas de lo que he correspondido y me han desahuciado el corazón demasiadas veces.

Si, soy humana, bruja y humana, de chocolate y de piel y me dejaría engañar una y mil veces solo por poder vivir lo que he vivido. Dejaría que me detestaran otras tantas por volver a sentir ese calor y no me importa declarar que, aún sabiendo que me engañas, quiero seguir amándote hasta que las mentiras nos separen.

Inma Castrejón, la bruja de chocolate

miércoles, 25 de diciembre de 2013

VIDA

De todas las palabras que me gustan hay solo una que realmente lo engloba todo.

Vida.

Vida es el amor y la guerra, es gritar, el silencio y el ruido, cantar y decir "te quiero", vida es todo.

Vida es aquella virtud que la madre tierra nos regala al nacer, la oportunidad única e inexcusable para ser feliz, para sufrir y ser sufrido, para amar y ser amado.

La vida es aquello que consumimos gota a gota, al ritmo de la arena que se cuela por el minúsculo orificio del reloj del tiempo, siempre implacable... Cada minuto descuenta de la cuenta que se nos han regalado y, sin embargo, engrosa el saldo de recuerdos, esos que llenarán nuestras tardes de ocaso cuando ya no nos queden fuerzas para construirlos.

Todo cuenta en la vida, hasta las miradas peregrinas que nos cruzamos con desconocidos a diario. Cuentan los besos y los abrazos, pero cuentan también aquellos desdenes que se nos escaparon y las tardes perezosas de no hacer nada.

Este mundo incierto, donde nadie sabe que puede esperarnos a la vuelta de la puerta, este suspiro de "tic-tac", intenso, esquivo, impreciso, esta bendita vida que nos han dado y que no sabemos cuando ni donde se nos reclamará la devolución...

Esta vida que me da la ocasión de conocerte, de hablar de vida, de hablar de amor y de compartirlo contigo.


Siempre quise ser de viento para poder volar muy alto

y jugar las sábanas tendidas del cordel de tu patio.

Quise ser de aire para poder verte siempre, en cada lugar,

oxígeno que respiras, frío que abrigas cuando me estas amando. 


Inma Castrejón, la bruja de chocolate

domingo, 8 de diciembre de 2013

Mi secreto

Hoy tengo un secreto inconfesable que finalmente deseo compartir con vosotros.

Guardar un secreto produce un sin vivir que dificilmente se puede llevar con cierta parsimonia. Los secretos, por el mero hecho de llamarse así, son esos datos que siempre tenemos en la punta de la lengua y que nunca nos atrevemos a contar. Hay veces que nos da la sensación de que nos han puesto un vigilante jurado a nuestras espaldas a la espera de sorprendernos en un renuncio, pero como en esta ocasión el secreto es de mi propiedad yo decido si sigue o no siéndolo.

Llevo mas de siete meses sin fumar. Me ha costado mas de lo que cualquiera pueda imaginar, porque, a pesar de lo perjudicial del consumo de tabaco, no deja de ser una droga con un poder de adicción que yo ignoraba por completo.
Siete meses sin encender un cigarro y mas de diez quilos de peso en mi cuerpo. He llorado mucho, me he tirado de los pelos y me he apuntado al gimnasio varias veces.

Dejé de salir con mis amigos para evitar la tentación, me negué a exponer mi nuevo look de rellenita en público e incluso dejé de ver a mi amante.

Siete meses en los que he respirado mejor, he ahorrado algo de dinero que luego me gasté en parches de nicotina y pasteles de chocolate. Siete meses con un humor de perros y una tristeza que no encontraba razonamiento, hasta que finalmente...

Hace un par de días me entró una llorera sin motivo. Una racha en la que sin tener una pena incipiente, me daba por llorar por cualquier cosa. Vi ET y lloré como nunca, me monté en la báscula y lloré aún mas. Me llamó mi madre y cuando colgué... lloré, no me preguntéis porque. Vi a mi perro en la alfombra y me dio mucha pena, es mas, me dió pena hasta el pollo que iba a cocinar.

Dadas las circunstancias decidí ir a dar u  paseo con mi perro. El sol acariciaba mi rostro quemado por la sal de mis lágrimas sin sentido. Mi perra me miraba de soslayo preguntándose que demonios me ocurría. Paseé y paseé durante largo rato y, nada, seguí llorando.

Vi un estanco...
Me acerqué al estanco.
Miré el presupuesto de mi pequeño monedero.
Entré en el estanco.
Esperé la cola y me tocó a mi.
El señor estanquero me miró.
Yo lo miré.
Me preguntó, ¿que le pongo? y me puse a llorar como una niña pequeña.

Le dije

-Señor estanquero, llevo 7 meses sin fumar, véndame una pipa!

El señor del estanco me miró de nuevo sin saber que hacer y me dijo

-No, una pipa es como fumar pero sin fuego, vete a la farmacia que te den algo.

El señor, muy amable y comprensivo, por cierto, me ofreció un clinex, mi perra me miró, me miró el estanquero y salí por la puerta con el pañuelo en la mano y llorando a todo lo que daba el moco.

La calle estaba llena de gente y llorar en público es muy complicado, así que decidí esconderme en un portal.

El portal estaba vacío hasta que bajó un vecino y mi perra quiso morderle, así que tuve que irme a llorar a otro sitio.

Se me pasó un poco el sofocón y me fuí a la farmacia. Todo fue entrar por las puertas de la farmacia y me eché a llorar de nuevo como una magdalena. El clinex estaba empapado, por lo que no me quedó mas remedio que limpiarme con la bocamanga del chaleco y de esta guisa le conté la película al farmacéutico, el cual me vio en tal estado que me recomendó ir al ambulatorio a que me dieran algo mas fuerte.

Salí hecha una pena, arrastrando a mi perra por la calle mientras intentaba buscar un poco de tranquilidad en la desesperación que me acuciaba, pero no la encontré.

Se me ocurrió que lo mejor sería ir a la pastelería a comermerme una palmera de chocolate, pero eso empeorará las cosas, diez quilos ya eran suficientes como para ahora encima sentirme culpable por haber vuelto a saltarme la dieta.

Así que me dirigí al bar de la esquina, me limpié los mocos, saqué dinerito del monedero, me acerqué a la máquina y saqueé un paquete de Nobel.

Si, lo he hecho, me siento culpable, pero se me ha quitado la pena...
Siento mucho no haber podido superar esta adicción en este momento, supongo que en otros me será mas fácil. Animo a todos aquellos que lo estáis intentando, para mi creo que debo esperar otro tiempo mas adecuado...
Ahora no se si ir de nuevo al estanco a pedir disculpas al estanquero por haberle formado el espectáculo y hacer lo propio en la farmacia...

Inma Castrejón, la bruja de chocolate 

martes, 3 de diciembre de 2013

Diciembre sin ti




Hoy el frío diciembre llama con urgencia al calor de tus abrazos. 


Espera tu vuelta a mi lecho, vestido de piel y sin mas calor que tu cuerpo, diciembre frío, diciembre...

Diciembre incendiado de luces y velas, de leñas ardiendo, de gente hirviendo en el bullicio de la calle. Diciembre lleno de vacío, de buscar en mis manos las tuyas y no hallarlas...

Hoy empieza un diciembre nuevo, este aún no te conoce, este diciembre nunca supo tu nombre, no te echó de menos, no te tiene anotado en la lista de invitados a la cena.

Este que inicia las fiestas llenas de regalos, no tiene regalos para ti, no te tenía previsto, no sabe donde meterte entre tanta soledad...

Hoy el frío se apodera de mis sábanas, de tanto esperar tu calor, nos hemos quedado congelados de amor diciembre y yo...

Inma Castrejón, la bruja de chocolate

domingo, 1 de diciembre de 2013

Cristales



Vacía,
como vaso después del último trago,
con los labios marcados al borde el abismo,
transparente..
Vacía de mañana,
vaciándome el alma en cada metro que me aleja, abandonando los recuerdos a su suerte.
Partiendo,
partida de cristal fino, espejismos conscientes.
....
Pensamientos sueltos.

Inma Castrejón, la bruja de chocolate